La existencia de una asignatura como Formación Cívica y Ética en el currÍculum de educación secundaria responde a una necesidad de brindar conocimientos, los cuales tienen como objetivo difundir los valores y actitudes que forjaran el sentido de pertenencia a la nación, las bases para la integración a la sociedad y la participación en su mejoramiento, y la comprensión de las normas que regulan la vida social.
Los principios que guían la Educación Pública en México también han contemplado, como una de las funciones de la escuela, el desarrollo sistemático de actitudes orientadas a valores como justicia, libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, aprecio por la dignidad humana y apego a la verdad. Por lo anterior, la presencia de contenidos de carácter ético y cívico han tenido una presencia permanente en nuestro país.
De manera específica, en la escuela secundaria se hizo evidente la necesidad de fortalecer aspectos relacionados con las situaciones por las que atraviesan los adolescentes, relacionadas con los cambios característicos de esta etapa de su vida, y brindar recursos para conformar una escala personal de valores que tenga como referencia aquellos que, a través de la historia de la humanidad, se han identificado como válidos y necesarios para el desarrollo pleno de las personas y de la sociedad. De este modo, para la comprensión del enfoque de la formación cívica y ética en la educación secundaria se requiere considerar la trayectoria que ha tenido esta asignatura, con diversos nombres y énfasis y reconocer los rasgos actuales que su tratamiento plantea. Por ello, en este programa se pretende que los estudiantes analicen las características de dicho desenvolvimiento y los rasgos que observa en la actualidad. Lo anterior proporcionará las bases para reconocer la importancia que reviste el ambiente escolar y la manera en que puede aprovecharse para la reflexión ética, así como para analizar las implicaciones del enfoque de enseñanza en las estrategias que se diseñen para ello.